Cinco años lleva Heller en Gran Canaria, su “lugar en el mundo”, junto a su esposo, antiguo marinero y fuente de inspiración para su obra, cuya experiencia en el mar aporta a la obra de la joyera artesana múltiples elementos reproducidos con mimo y gran fidelidad, como lapas, burgados, erizos y bígaros.

El mundo aborigen de Gran Canaria, así como su flora y su fauna han sido otras fuentes de inspiración, temas en los que encuentra hojas o rocas de formas caprichosas que reproduce muchas veces en estrecha colaboración con otros artesanos de la Isla.

 

A mano y con útiles tradicionales

La artesana elabora toda su joyería a mano con herramientas tradicionales y técnicas heredadas de muchos siglos atrás para convertir trozos de metal sin forma en auténticas obras de arte, entre las que destacan sus collares de grandes elementos en diversos tonos de color con engarces geométricos, cadenas sencillas arracimadas en caída por el pecho y pulseras a juego.

Piedras semipreciosas como malaquita verde y lapislázuli decoran los conjuntos en plata y bronce, brillan a la luz en múltiples tonos de su color principal, reflejos que aportan volumen a las creaciones y que contribuyen a que no pasen desapercibidas.

La Sala de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac), centro de exposición y formación artesanal en pleno corazón de Triana, expondrá el trabajo de Claudí hasta el 24 de noviembre de 9:30 a 13:30 y de 16:30 a 20:00 horas, lugar en el que la ciudadanía también podrá adquirir piezas de su obra.

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