Taños, zarandas y balayos tejen los alumnos del curso de cestería del Cabildo con la ancestral técnica del junco y la enea

19-10-2017

- Taños, zarandas y balayos tejen los alumnos del curso de cestería del Cabildo con la ancestral técnica del junco y la enea

Taños, zarandas y balayos -tipos de cestas tradicionales para almacenaje-, además de otros objetos como joyeros o cestas realizan los alumnos del curso de cestería organizado por el Cabildo de Gran Canaria junto al Ayuntamiento de Santa Lucía de manos del artesano Juan Ramírez, el único en las Islas que aún emplea esta ancestral técnica.



La acción formativa está incluida en el programa ‘Craft and Art’ en el que participa el Cabildo a través de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) y que cuenta con un 15 por ciento de financiación insular y un 85 por ciento de los Fondos de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea, informó la consejera de Artesanía, Minerva Alonso.

La decena de alumnos que asisten a este curso aprenden del maestro a realizar la tomisa, un singular y laborioso trenzado de palma que enhebran en una aguja grande para coser las piezas con las que realizan los taños -cestos más altos- y los balayos -más bajos y con tapa-, usados décadas atrás para almacenar cereal y esconder algún queso.

Otro de los elementos elegidos para el aprendizaje de la técnica ancestral es la zaranda, útil usado para cernir el cereal y separarlo de la paja o los granos más bastos que dificultan la producción de comestibles.

 

Un trabajo minucioso

Juan Ramírez es muy minucioso en su trabajo y muestra a los alumnos a hacer tomisas muy finas para los objetos más pequeños, como joyeros o cestas de mano, de forma que para realizar un metro de tomisa pueden pasar horas de trabajo.

El junco y la enea son los materiales empleados para realizar las piezas cosidas con la tomisa y en ellos el artesano emplea materia prima que él mismo cultiva o que recoge en el barranco más cercano, que lava y luego deja secar para volver a humedecer y favorecer así la formación de la pieza, redonda, ovalada o cuadrada, según el deseo del artesano.

La buena pieza de cestería hecha con junco y enea debe esconder los nudos de los materiales de forma que su exterior muestre un aspecto impecable y contribuya, de esta forma, a decorar la casa tradicional de la Isla en la que siempre estuvo presente como un elemento más de la vida cotidiana de los grancanarios.

La Fedac, que ya el pasado año incluyó esta iniciativa en su programa formativo, tiene previsto realizar un nuevo curso de cestería con junco y enea el próximo año para contribuir a la divulgación de esta técnica que solo Juan Ramírez practica con carné oficial en el Archipiélago.



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